miércoles, 7 de diciembre de 2011

Comunicado del Foro por la Memoria de Segovia ante la polémica suscitada por la retirada de nombres de calles franquistas.

Desde el Foro por la Memoria de Segovia acogemos con agrado la aprobación en el Ayuntamiento de la moción presentada por IU de Segovia que pretende impulsar la retirada de calles con referentes de personas sublevadas contra la legalidad democrática en julio de 1936.

En primer lugar, queremos dejar constancia de que esta medida supone la aplicación de la Ley 52/2007, que en su artículo 15.1 insta a que “las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomen las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”. Lo recordamos tanto en cuanto creemos que al margen de los debates que está suscitando, se trata de la aplicación de una ley. Y por norma general, si cualquier ciudadano incurre en el incumplimiento de una ley, la Justicia no duda en actuar en consecuencia. Desde la Federación Estatal de Foros por la Memoria, a la que pertenece el Foro de Segovia, se viene denunciando la situación de abandono respecto a la aplicación de tal medida.

La retirada de calles que elogian a personas que se sublevaron contra la democracia legalmente constituida, y ratificada en las urnas en 1933 y 1936 por todos los españoles, es un ejercicio de pedagogía democrática y legalidad, alejando a la ciudadanía de la contemplación del enaltecimiento de actitudes franquistas y fascistas que son contrarias a todo ideal democrático.

Mientras siguen impunes los crímenes de una Dictadura franquista que reprimió y asesinó más de 130.000 españoles hasta 1975, dar el paso de extraer la simbología que ensalce en nuestros espacios públicos a militares sublevados, torturadores y criminales es lo mínimo que una sociedad democrática puede acometer. Y la irritación ante la aplicación de esta ley en algunos sectores de la sociedad, pone en duda su sinceridad en la defensa de los valores democráticos.

Se han oído voces contra esta medida apelando a la preferencia de otros asuntos como la economía actual y el paro. Todos somos conscientes de la grave situación económica del país. Lo que no parece tan claro para algunos, es que está provocada por los poderes de siempre, por aquellos que ganan incluso en las crisis, y hasta sacan partido de ellas, porque aprovechan para borrar las conquistas sociales que tanto esfuerzo y lucha han costado a los trabajadores. También parecen ignorar que los poderosos de hoy son herederos de los de ayer, los que se sublevaron contra la democracia española de 1936 y usaron todas las formas para malograr los gobiernos que pretendían frenar los abusos y lograr una distribución de la riqueza más justa. Ahora nos piden que paguemos los platos rotos, permanezcamos callando y todo siga igual.

Lo último que le queda al desposeído es su dignidad, su conciencia y la esperanza de un futuro mejor. Si queremos construir en España una democracia saludable y avanzada no podemos permitir el mantenimiento de unas calles que humillan a las víctimas del Franquismo y perpetúan la apología a los crímenes contra la Humanidad.

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